jueves, 28 de octubre de 2010

LA RAZÓN DE SER DE LAS COSAS

A lo largo de los años, Juan Luis había ido adquiriendo una preocupante, inquietante y hasta suicida mala costumbre: preguntarse “el por qué de las cosas”.. No es que se preguntara por todo lo que llegara a su pobre y vapuleado cerebro… ni que hiciera una profunda y sesuda selección de cuanta información machacara sus cortas y limitadas entendederas.. en realidad, no tenía ni puta idea de cómo se producía dicho proceso selectivo en su confusa mente… !ni de los motivos por los cuales había adquirido aquel hábito tan pernicioso y desafortunado!.. “Un hábito mucho más peligroso y perjudicial que fumar como un descosido o follar como un poseso y sin preservativo alguno” –se decía, frecuentemente, a sí mismo-.. Más aún cuando casi nunca (por no decir nunca), encontraba, para sus múltiples y reincidentes preguntas, alguna respuesta apabullante o simplemente convincente… y para las cuales (y con frecuencia), Juan Luis (para no frustrarse o desmoralizarse), acababa escogiendo la primera respuesta, mínimamente coherente que tuviera a mano, e incluso, en casos de emergencia, recurría a inventársela, directa y sencillamente.

Era aquella una fría mañana de finales del mes enero. Aún no había amanecido cuando Juan Luis salió de su casa; iba abrigado y tapado hasta las cejas.. Mientras caminaba hasta su coche (que siempre tenía que dejar lejos, en el quinto pino), se recreó en la casi completa soledad de la calle aún casi vacía.. Y es que, como todas las mañanas, reparó en que sus únicos y madrugadores acompañantes eran unos seres bajitos, más o menos peludos, y de cuatro patas y rabo, que correteaban por las aceras y escasos jardines, mientras sus dueños, ateridos, adormilados y hasta empijamados, los vigilaban a cierta distancia o los acompañaban con visible resignación y/o absoluta desgana.. Algunos de aquellos juguetones perros (porque eso eran aquellos seres peludos), le resultaban conocidos a Juan Luis (no así sus dueños, en los que apenas se fijaba).. se los encontraba también cuando volvía a casa tarde y ya muy avanzada la noche..

Y en su habitual mala costumbre, Juan Luis se preguntó, ¿por qué sólo veía aquellos perros a horas tan extrañas e intempestivas?, ¿por qué no se los encontraba, como antaño, por las mañanas, al mediodía o por la tarde, jugueteando, correteando o paseando por las calles, los jardines o el cercano parque de su barrio?.. Esta vez tuvo suerte Juan Luis, y la respuesta a sus preguntas se abrió paso, con facilidad, entre su enmarañada y aún poco despierta sesera: “Los perros, desde hacía mucho tiempo, habían dejado de ser el mejor amigo del hombre.. las múltiples campañas, las airadas protestas y las severas y restrictivas normativas en su contra, los habían ido convirtiendo en un enemigo-público, responsables de todo tipo de males, enfermedades, molestias y agresiones.. !y a sus dueños, en cómplices vergonzantes y avergonzados!”.. “Lamentable pero, desgraciadamente, frecuente en una sociedad hipócrita y burguesa, que disfruta y se enorgullece de buscar y encontrar inocentes sobre los que descargar y trasladar sus propias culpabilidades y miserias” –se dijo Juan Luis-..
Y un tanto orgulloso y relajado por la celeridad y claridad de su respuesta, prosiguió el camino hasta su coche..

Pero no había andado más allá de una veintena de metros, cuando otra pregunta irrumpió en atribulada cabeza, ¿por qué los perros tienen rabo?.. Esta vez, Juan Luis no tuvo tanta suerte.. !y su mente se atascó, hasta tal punto, que tuvo que detener sus pasos, incapaz de responder y caminar al mismo tiempo!..
Un tanto agobiado, buscó con presteza algo útil entre los archivos de su desordenada memoria.. encontró algo entre los recuerdos de ciencias naturales de bachillerato, y otro poco en recuerdos de vídeos de National Geographic.. especies animales que utilizaban el rabo como instrumento y herramienta, como los monos, para facilitar su traslado de rama en rama, o las vacas, para quitarse de encima a los insectos molestos.. Pero Juan Luis no recordaba que los perros tuvieran alguna aspiración o habilidad “simiesca o tarzanera”, ni tampoco tenía constancia alguna de que fueran capaces de utilizar dicho apéndice como defensa.. !ni contra el más liviano insecto!.. Quizás –pensó Juan Luis- en el caso de los perros había que buscar el por qué de su rabo en motivos más elevados y trascendentes.. quizás emociones y/o sentimientos.. “Joder –se dijo a sí mismo- qué mal camino para encontrar una respuesta (sobre todo, a estas horas de la mañana).. de ahí a empezar a preguntarme por su derecho al voto o a recibir una pensión digna, !sólo hay un escaso paso!”..

Aturdido, bloqueado y, sobre todo, !congelado por el puto frío de los cojones!, Juan Luis comenzó a sentir una conocida y experimentada sensación de mareo indefinido.. Por instinto, se acercó y se agarró a la farola más cercana, esperando a que pasara aquel momento ansioso y angustioso.. !pero aquella no era su mañana!.. unos temblores comenzaron a subir por sus aflojadas piernas, anunciando unos inminentes y ruidosos estertores de su afligido estómago.. mientras su sangre parecía detenerse y congelarse, hasta teñir de una lividez cadavérica su ya desencajado rostro..

Entregado y a punto de potar el café y los dos croissant del desayuno (que pugnaban por salir disparados, desde su alborotado interior hasta los helados pies de la farola), Juan Luis imploró una callada y desesperada oración, una llamada de socorro.. !Y algún ente cósmico debió apenarse de su lamentable estado, y decidió acudir en su ayuda!.. Una luz comenzó a iluminar los casi infinitos y apagados rincones de su mente.. Una luz, al principio tenue y silenciosa, que fue aumentando en claridad, intensidad y brillo, hasta dejar su cerebro tan iluminado como el recinto de una feria..
Fue entonces cuando oyó aquella sonora, firme y cálida voz que le decía: “Juan Luis, los perros tienen rabo para poder moverlo, !eso es todo!”..

!Y tanto que era todo.. todo lo que Juan Luis necesitaba en aquellos instantes!.. una respuesta clara, sencilla, concisa.. !y correcta!.. Y cual conjuro o ensalmo milagroso, sus estertores y temblores cesaron.. y comenzó a sentir cómo su sangre volvía a fluir con fuerza, hasta colorear de nuevo sus mejillas.. Y hasta una solitaria lágrima (quizás de agradecimiento), cayó desde sus ojos hasta el frío y duro suelo..

 

Mientras reemprendía el camino hasta su coche, Juan Luis encendió un cigarrillo y aspiró una profunda (y hasta excesiva) calada que inundó sus ya congestionados pulmones.. al expulsar, con fuerza contenida, aquella primera bocanada de mortífero humo, Juan Luis se hizo un serio y firme compromiso: “Tengo que dejar este maldito vicio..!o algún día acabará dándome un serio disgusto!”.

Lo que aún no está claro es a qué “maldito vicio” se refería Juan Luis, en esos momentos.. !y mucho menos aún, si, alguna vez, tendría fuerzas para, definitivamente, dejarlo!

miércoles, 20 de octubre de 2010

EL ALMA

“(La hija le preguntó a su padre),
-Papá, ¿donde guardas tu alma?
-A dieciséis millas de aquí, hay un árbol, (le responde el padre),
alrededor del árbol hay tigres y osos y escorpiones y serpientes,
en lo alto del árbol hay una serpiente enorme,
en su cabeza hay una pequeña jaula,
en la jaula hay un pájaro,
!mi alma es ese pájaro!”
(antiguo cuento hindú, recogido por J.G. Frazer, 1854-1941)

Dibujo de Walton Ford (1998)

Hace ya mucho que decidí situarme entre aquellos que creen que el alma del ser humano, no está en nuestro interior, sino que se encuentra alrededor nuestro.. y entre aquellos, por tanto, que creen que la construcción de ese alma, no es, sólo (ni sobre todo), una tarea individual, sino el resultado de un afán colectivo.

Como en todas las pocas cosas en las que creo, este acto de fe no responde a ningún convencimiento de que sea la opción más acertada.. y mucho menos, que sea la única y verdadera..
(eso implicaría que dejara de ser una opción.. y hasta que dejara de ser un acto de fe)

En este caso concreto, quizás me atrajo la idea (y hasta la experiencia), de que mi alma nunca me perteneció de forma exclusiva.. de que, para bien o para mal, mi alma es deudora del otro, de la historia, del tiempo.. y quien sabe de qué otras circunstancias..

Y quizás, también me atrajera la idea (y hasta la esperanza), de que el alma del otro nunca me resultase, del todo, ajena.. de que, para bien o para mal, ese alma del otro pudiera ser, también, deudora mía..
Es probable que, quienes así creemos, perdamos sensibilidad y percepción de nuestra propia alma individual.. incluso puede que relativicemos su existencia..
.. o quizás sólo cambiamos el lugar y la manera de buscarla, percibirla y construirla,
..!un poco más allá de nosotros mismos!.

jueves, 14 de octubre de 2010

EL AZAR

A todos, más o menos, nos suenan términos como estadísticas, probabilidades, pronósticos, lógica, porcentajes, combinaciones, variaciones, permutaciones..

Todos estos términos son la base de múltiples y muy variadas actividades y fundamentos de nuestra vida cotidiana: desde los simples sorteos, juegos y encuestas, hasta los más complejos estudios, previsiones y decisiones sociológicas, políticas y económicas.. pasando por la inmensa mayoría de investigaciones científicas, avances tecnológicos... e incluso de la evolución del pensamiento filosófico o antropológico.

Todos estos términos proceden de las Matemáticas.. y más concretamente de la aspiración y la necesidad de someter al conocimiento, al rigor y la exactitud matemática la evolución de un determinado suceso, y, sobre todo, de la aspiración de poder establecer el resultado final de dicho suceso.
Para poder llevar acabo esta tarea, esta rama de las ciencias, necesitaba definir el punto de partida y objeto central de su estudio: surge así el concepto de Azar Matemático (muy diferente y hasta opuesto al concepto de azar cotidiano, que todos solemos utilizar).

El azar matemático define y analiza el Suceso Aleatorio como aquel suceso, en cuyo desarrollo, intervienen tales variables y circunstancias, que resulta imposible determinar su resultado, en un momento concreto y determinado.. bien sea por la imposibilidad de controlar, a la vez, todas esas variables que intervienen en el suceso, o bien sea por las limitaciones (técnicas y/o humanas), para controlar (por su naturaleza), alguna de las mismas.

El Azar matemático NO niega, sino que subraya el principio de CAUSALIDAD (existencia de causas), en el desarrollo y el resultado de un suceso; se opone, así, al concepto de azar cotidiano, basado en el principio de CASUALIDAD ( inexistencia de causas), en el desarrollo y el resultado de dicho suceso.

El Azar matemático, al afirmar el principio de causalidad, apuesta por la posibilidad y la necesidad de avanzar en el conocimiento y control de dichas causas, y por tanto apuesta por la posibilidad de transformar el suceso aleatorio en un "suceso controlado", cuyo resultado pueda ser conocido y previsto de antemano.

El Azar matemático, en ese proceso de conocimiento y transformación del suceso aleatorio, afirma NO poder controlar su resultado en un momento concreto, pero sí es posible conocer el desarrollo y la evolución de dicho resultado a lo largo de un determinado “período de tiempo" ( contra mayor sea ese "período de tiempo", mayor será su conocimiento y sus posibilidades de control).

Creo que sería interesante e importante considerar (y hasta asumir) que, nos guste o no, nuestra vida es un Suceso Aleatorio.. lo es tomada en su conjunto.. y lo es considerando, por separado, la inmensa mayoría de las partes y variables que la componen. Como tal suceso aleatorio, el azar matemático quizás sea un instrumento más que adecuado para estudiarla, comprenderla, aceptarla.. !y transformarla!.

La vida como suceso aleatorio, explica nuestra fragilidad, nuestros miedos e inseguridades.. y nuestra desesperada ansiedad por buscar seguridades y depositar confianzas, de cualquier naturaleza y condición..
Porque en nuestras vidas se suceden los acontecimientos inesperados e imprevisibles, y los acontecimientos esperados pero inevitables.. La inmensa mayoría de estos acontecimientos son sucesos aleatorios, tienen sus causas, pero no podemos controlarlas en su totalidad, ni en sus resultados inmediatos y a corto plazo.. Pero sí podemos aspirar a mejorar su conocimiento y su evolución y resultado a más largo plazo.. y por tanto, podemos aspirar a mejorar nuestras respuestas, tratando de evitar las consecuencias más negativas de las mismas..

 
Frente al concepto de azar cotidiano (basado en la casualidad y la indefensión), y desde hace muchos años, yo apuesto por este azar matemático, basado en la causalidad y la posibilidad de avanzar en un mayor y mejor control de la evolución de los acontecimientos y de sus consecuencias..
Y suelo anteponer este azar matemático, a cualquier otra instancia o poder (supremo o dictatorial), que pretenda establecer o determinar el presente y el futuro de cada individuo.. no tanto porque no las respete (a algunas de ellas), sino porque creo que son difíciles de conciliar con la necesaria confianza del ser humano en sí mismo (y en los demás), y en su capacidad para ser protagonistas de la transformación de la realidad.. !su propia realidad!.
 
Creo que un cierto grado de incertidumbre en nuestras vidas,
no sólo es necesario, sino también imprescindible e inevitable..
Pretender controlar todo y a todos,
además de ser una inmensa e inútil arrogancia,
es, afortunadamente, una solemne gilipollez.

miércoles, 6 de octubre de 2010

EL HUMOR ES INTELIGENTE

El Humor ha sido siempre, para mí, una parte importante de la vida.
Al contrario de lo que muchos piensan, creo que el Humor, a lo largo de la historia, ha sido un recurso incómodo, desconocido e ignorado, desprestigiado, rechazado e incluso perseguido... tanto por quienes han controlado (o intentado controlar) los diferentes ámbitos del ser humano, como por quienes se han sometido, sin reparos ni reservas, a dicho control establecido.

Sin necesidad de remontarse muy atrás en la historia, resulta fácil recordar y observar cómo, en pleno siglo XXI, en sociedades y ámbitos de muy distinto signo (tanto público como privado), son frecuentes y constantes las críticas, censuras y condenas a las que el Humor está continuamente sometido.
A priori, resulta difícil comprender que una caricatura de unos futuros monarcas, o de un lejanísimo profeta religioso, o de unos determinados símbolos sociales o culturales, puedan ser considerados más "ofensivos y peligrosos" que la avalancha cotidiana de insultos, mentiras, amenazas, asesinatos, guerras de intereses, invasiones y destrucciones de países y ciudadanos... que podemos encontrar, cada día, en cualquier medio de información, local o internacional.
Igualmente de incomprensible resulta comprobar que un comentario humorístico, en el ámbito de las relaciones privadas, pueda ser considerado más "perjudicial y condenable" que el egoísmo, el interés (o el desinterés), la falta de diálogo, la imposición, el desprecio o el rechazo... que tan frecuentemente presiden nuestras relaciones personales.

Esta aparente e incomprensible contradicción, quizás comienza a encontrar explicaciones cuando nos paramos a reflexionar sobre qué es y para qué sirve el humor.

Porque el Humor es, ante todo, una actitud global de análisis y comprensión de la realidad en que vivimos. así como una propuesta de reflexión y crítica, individual y colectiva de dicha realidad.

En muchas ocasiones tiende a confundirse el Humor con la capacidad y los mecanismos para hacer reír (o sonreír). Pero se puede reír (o sonreír) por múltiples razones que poco o nada tienen que ver con el Humor: se puede reír como respuesta emocional, de alegría, sorpresa, afecto, ternura, nerviosismo, complicidad... se puede reír por condicionamientos o costumbres sociales y culturales... o como simple respuesta a estímulos físicos.

El Humor puede conducir a la risa, pero ésta es sólo un valor añadido (deseable y de agradecer), porque el Humor siempre aspira a ir más allá: nos invita a mirarnos y a mirar a nuestro alrededor, a pensarnos y a pensar en el mundo en que vivimos.

Para conseguir estos objetivos, el Humor ha utilizado, enriquecido y aportado instrumentos específicos, como la ironía, el sarcasmo, el cinismo, la paradoja, el sofisma, la sátira... Es interesante poner de relieve que la mayoría de estos instrumentos nacen (o al menos se definen y consolidan), ligados al desarrollo de las teorías del conocimiento del ser humano, como la Filosofía, la Literatura o el Arte clásico, griego y romano.

La Ironía, cuyo término griego del que procede (eironeia) significa "simulación", es el recurso mediante el cual se da a entender algo más, y hasta lo contrario de lo que se dice o expresa.
La Ironía, utilizada por Sócrates como parte primera de su "método dialéctico", es deudora de la Paradoja (incongruencia inesperada entre el lógico desenlace de un suceso, y lo que sucede realmente), y madre del Sarcasmo (ironía aguda que manifiesta una crítica intensa, e incluso despiadada).
El Cinismo, cuyo término griego del que procede (kinicós) significa "perro", fue un movimiento filosófico, emparentado con el estoicismo, y reconocido por la radicalidad de sus planteamientos.
Oscar Wilde afirmaba: "El Cinismo consiste en ver las cosas como realmente son, y no como se quiere que sean".
Los Sofistas, cuyo término griego del que proceden (sophistés) era sinónimo de "sabios", fue un movimiento educador y pedagógico, más que una escuela filosófica. Sus trabajos y enseñanzas centraron su interés en el estudio y conocimiento del hombre y la sociedad, en la reflexión sobre la civilización y la cultura.
Protágoras afirmaba: "El hombre es la medida de todas las cosas".
La Sátira, que surge como recurso literario y dramático, está destinada a criticar, y ridiculizar, las costumbres y las conductas de los individuos y grupos sociales. Apoyándose en la minimización de "lo grande y excepcional", o en la exageración de "lo pequeño y cotidiano", o recurriendo a la parodia (imitación burlesca), la Sátira se ha consagrado, en nuestra cultura, como un instrumento eficaz de análisis, reflexión y crítica de la realidad.

Con todos estos instrumentos, adaptados y enriquecidos, el Humor ha ido creando su propio y variado lenguaje, hasta convertirse en un medio de expresión y comunicación capaz de "infiltrarse" en todas las manifestaciones y situaciones del ser humano. Esta capacidad de adaptación e infiltración, ha permitido al Humor, sobrevivir y escapar a los rígidos controles (éticos, morales y sociales) que los distintos grupos y sociedades han ido estableciendo sobre los individuos. Esta característica de "incontrolable", es, probablemente, la explicación del recelo, el rechazo y la persecución a los que el Humor ha estado sometido históricamente.
 
Pero el humor también es, o puede ser, un estímulo y un instrumento de ayuda para afrontar la vida cotidiana. Sobre todo ante situaciones difíciles, por su complejidad o su novedad, y para las cuales no existen respuestas establecidas, ni soluciones adecuadas y convincentes. Ante dichas situaciones, solemos buscar respuestas externas, ajenas y lejanas.. El Humor, en cambio, está siempre a nuestro alcance, porque forma parte de nosotros, es una más de nuestras capacidades y recursos como seres humanos. El Humor no hace "milagros", pero sí nos ayuda a pensar y mirar, de manera distinta, esa compleja realidad en la que vivimos... Y a veces, a través de esa mirada diferente, es posible encontrar respuestas inesperadas, o descubrir actitudes y sentimientos desconocidos u olvidados.
El Humor es, también, una invitación a compartir. Con él podemos expresar cómo somos, pensamos y sentimos, podemos darnos a conocer y podemos conocer, un poco mejor, al otro.

El Humor es un recurso, un instrumento a disposición de todos y cada uno de nosotros. Pero como ocurre con todos los recursos, es importante aprender a gestionarlo (como emisor y como receptor), ejercitándolo con libertad y sin complejos, mirando, escuchando, participando, imaginando, soñando, sintiendo... y pensando..

A veces se califica como "Humor inteligente", alguna forma concreta de Humor..
Yo creo que todo humor, o es inteligente, o no es humor..
..(!será cualquier otra cosa!)..